En algunas visiones religiosas, la salvación es el cielo y
deserta del mundo. No así en la religiosidad popular: sin finura, ve salvación en
curaciones y fortunas en este tiempo nuestro. La teología postconciliar
recupera la historicidad del Cristo. Cristo tiene historia y está inmerso en
toda historia: la salvación, no puede remitirme a la otra vida. Fukujama, en
1993, ve realizarse la salvación en la continua implantación de la democracia
liberal y la economía de mercado. En 1943, en plena guerra, Camus señala: “No
hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio” (El mito
de Sísifo). Sartre, que no encuentra más respuesta filosófica que el absurdo
(El ser y la nada), sin embargo propone un activismo político que ensucia las
manos del filósofo. Camus, activista de hecho, no acepta la ingenuidad, son los medios
los que justifican el fin.
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