Gutiérrez SJ, acostumbrado a chabolas y barrios de exclusión de nuestro
país, sostiene (1994) que determinadas ayudas públicas hacen de personas que
antes sabían buscarse la vida, inútiles sociales. Sin energía eléctrica en la
oficina, nos queda conversar y adelantar el café, porque se nos hace imposible
dar un paso laboral sin nuestros ordenadores. En visita reciente a Bissau
compruebo cómo efectivamente un aeropuerto puede funcionar sin inteligencia
artificial, y el uso de papeles y listados escritos a mano permite comprobar
pasaportes y otorgar la tarjeta de embarque a quienes viajan. Con amabilidad un
funcionario pide disculpas porque no funciona el anillo detector de metales y
procede a cachearnos. En “Atrapados” (2014), N. Carr muestra su preocupación: “las
consecuencias humanas de la automatización”, al parecer, nos puede hacer
inútiles.
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