En
conferencia pronunciada en 1958, Popper invita a los escuchantes a no admitir
crédulamente su reflexión. Asegura que no es un profeta de un nuevo rumbo en la
filosofía. Defiende que la discusión crítica hace grande al pensamiento y a la
persona: “La postura razonable, racional, crítica, sólo será el resultado de la
crítica de otros y que uno sólo puede llegar a la autocrítica por medio de la
crítica de otros”. No convierte esto a la filosofía en una mera conversación
(Rorty). Tampoco en una expresión sin más de la cultura en la que se plasma
(Levi-Strauss). Es probable que la personalidad y los modos de los filósofos
estructuralistas y postestructuralistas parezcan en ocasiones el trabajo de
“pensadores temerarios” que buscan el aplauso, el escándalo o, directamente, la
publicidad. “Búsqueda sin término”, titula Popper a su autobiografía en 1976.
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