jueves, 15 de noviembre de 2018

La persona modular y la patria

La vida de cada persona es una vida modular (Bauman, “En busca de la política”, 1999). De ese modo navegamos con eficiencia en un mundo de agrupaciones débiles. Nos unimos y nos separamos “ad hoc”. La propia familia deja de ser un lugar de pertenencia para convertirse, paulatinamente, en espacio fluido para entrar y salir. Se acabaron las coerciones que nos mantenían unidos por un poder de control internalizado o puramente externo. Asegura Bauman que se trata del “producto más notable de la sociedad moderna”. Sin embargo, todos estos atributos tienen una contrapartida: nunca nos sentimos en casa y siempre se nos somete a una triple condena: “la incertidumbre, la inseguridad y la desprotección”. No es extraño que la promesa de una patria o una tribu con significado esté en la raíz de todo fundamentalismo.

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